UNA ACTITUD PARA IMITAR

El 5 de julio a las 18:00 en la calle principal de la ciudadela LOS BOSQUES , en Portoviejo una camioneta rozó el carro de mi suegro en el que yo me transportaba. Al bajarme para verificar “el raspón”, me sorprendió que el guardachoque del carro estaba en el suelo y que un caballero venía corriendo a ofrecerme disculpas.

Ese señor colocó la pieza provisionalmente y me dio su tarjeta personal para responsabilizarse del costo de dicha reparación. Dos técnicos, un fibrero y un enderezador arreglaron el carro en 24 horas, por un costo relativamente conveniente que de inmediato fue cancelado por el caballero que resultó ser de nacionalidad chilena.

Si en la vida este fuera el comportamiento de todo ser humano, viviríamos siempre en paz.