Mea culpa sobre la poca cultura de nuestros pueblos

 

En una sociedad globalizada como en la que convivimos actualmente, nos encontramos con una serie de reglas que condicionan nuestra conducta.  Dichas normas no están escritas en ningún lado, pero son aceptadas por la mayoría como requisito básico de la convivencia.  La resolución del conflicto entre diferentes códigos morales genera nuevas formas sociales.

 

Vivir en sociedad es todo un reto porque implica no sólo ver mi pequeño mundo de familia y amigos, sino extender la mirada más allá. El valor profundo del hombre se mide por su ca­pacidad para acoger a los otros. 

Pero no es sencillo. Implica esfuerzo por tratar de de­sarrollar una nueva actitud: menos quisquillosa, más   'positiva, menos crítica y más generosa.

Por eso creo que no debemos olvidar las buenas costumbres, como saludar cuando entramos a un lugar o simplemente levantarnos en el bus y cederle nuestro asiento a un anciano, a una mujer, que si lo pensamos un poco pudiera ser nuestra madre o nuestro abuelo.

Este es el camino para la realización; de otra manera nos estamos convirtiendo en fenómenos aislados ,egoístas y solitarios.